
Cada 6 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, una fecha impulsada por la Global Initiative for Asthma (GINA) con el objetivo de concienciar sobre esta enfermedad pulmonar crónica que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de su alta prevalencia, el asma sigue siendo, en muchos casos, una patología infradiagnosticada o mal controlada, lo que impacta de forma directa en la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias. Se caracteriza por episodios recurrentes de dificultad respiratoria, tos, opresión en el pecho y sibilancias. Estos síntomas pueden agravarse ante distintos desencadenantes, como alérgenos, infecciones respiratorias, ejercicio físico intenso, contaminantes ambientales o incluso cambios bruscos de temperatura.
Aunque puede comenzar a cualquier edad, es más frecuente que se inicie en la infancia. Muchos niños con asma logran controlar la enfermedad o incluso dejar de presentar síntomas en la adolescencia, pero en otros casos persiste durante toda la vida.
Gracias a los avances médicos, el asma puede controlarse con un tratamiento adecuado. El uso de broncodilatadores y corticoides inhalados, junto con un correcto seguimiento médico, permite a la mayoría de los pacientes llevar una vida completamente normal. Además, la educación sanitaria y el empoderamiento del paciente son claves: conocer la enfermedad, aprender a identificar los desencadenantes y saber usar correctamente la medicación mejora de forma notable el pronóstico.
No obstante, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), se estima que más de la mitad de las personas con asma no tiene la enfermedad bien controlada, lo que puede derivar en crisis asmáticas graves y hospitalizaciones. La adherencia terapéutica y el control ambiental siguen siendo los grandes retos en el abordaje del asma.
El impacto del asma en la vida diaria
El asma no solo afecta a los pulmones. También puede tener un fuerte impacto emocional y social. Las personas con asma mal controlada a menudo ven limitada su capacidad para realizar ejercicio, viajar, trabajar con normalidad o dormir bien. En los casos más graves, la enfermedad puede volverse invalidante y aumentar el riesgo de complicaciones respiratorias.
Además, la carga económica del asma no es menor: ingresos hospitalarios, consultas de urgencia, pruebas diagnósticas, medicamentos y días de baja laboral suponen un coste importante para los sistemas sanitarios y para los propios pacientes.
Asma grave y nuevos tratamientos
Una de las grandes líneas de investigación actuales es el abordaje del asma grave o asma no controlada con los tratamientos habituales. En estos casos, los nuevos fármacos biológicos están marcando un antes y un después. Se trata de terapias dirigidas que actúan sobre los mecanismos inmunológicos implicados en la inflamación, y que ya están mejorando significativamente la calidad de vida de miles de pacientes.
A su vez, los programas de medicina personalizada permiten adaptar el tratamiento al perfil de cada persona, teniendo en cuenta marcadores biológicos, tipo de asma y otras patologías asociadas como rinitis, alergias o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El papel clave de la prevención y el diagnóstico precoz
Uno de los mensajes clave del Día Mundial del Asma es que el diagnóstico temprano y el seguimiento médico continuado marcan la diferencia. Identificar los síntomas, acudir al especialista y seguir un plan terapéutico individualizado es fundamental. En este sentido, los profesionales sanitarios -especialmente médicos de atención primaria, alergólogos y neumólogos- desempeñan un papel esencial en la identificación de la enfermedad y la prevención de sus complicaciones.
Por eso, este 6 de mayo, el lema internacional de GINA "Asthma Education Empowers" (la educación sobre el asma empodera) pone el foco en la importancia de informar, formar y acompañar a los pacientes. Porque solo así será posible reducir la carga de una enfermedad que, aunque crónica, no tiene por qué limitar la vida de quienes la padecen.
En Mejores Doctors nos sumamos a esta jornada de concienciación, dando visibilidad a una realidad que comparten millones de personas en el mundo. El asma se puede controlar. Con información, atención médica y compromiso, es posible respirar mejor y vivir plenamente.