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El cáncer de cuello uterino (CCU) -o cáncer de cérvix- es una enfermedad que afecta a miles de mujeres en todo el mundo; de hecho, es la cuarta neoplasia más frecuente en mujeres a nivel mundial. Aunque generalmente se asocia con mujeres mayores, también puede afectar a mujeres menores de 30 años.

El CCU se clasifica en varios tipos, pero el más común es el carcinoma de células escamosas, que se desarrolla en las células planas y delgadas que recubren el cuello uterino, y el adenocarcinoma, que se origina en las células glandulares.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de cuello de útero? ¿se puede prevenir?

Los síntomas del CCU pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen:

  • Sangrado anormal: Esto puede ocurrir entre períodos menstruales, después del coito o después de la menopausia.

  • Dolor pélvico: Puedes experimentar molestias o dolor en la región pélvica.

  • Flujo vaginal inusual: Cambios en la cantidad, color u olor del flujo vaginal.

  • Dolor durante las relaciones sexuales: La actividad sexual puede volverse incómoda o dolorosa.

  • Fatiga y pérdida de peso inexplicables: Estos síntomas pueden ser señales de que el cáncer se ha diseminado.

Aunque a veces es imposible de evitar, sí existen medidas preventivas para reducir el riesgo de desarrollar de cáncer de cérvix, como pueden ser:

  • Vacunación contra el VPH: El virus del papiloma humano (VPH) es una de las causas principales del CCU, por lo que vacuna contra el VPH es muy eficaz en la prevención de infecciones por este virus.

  • Exámenes regulares: Para detectar cambios anormales en las células cervicales, antes de que se conviertan en cancerígenas, han de realizarse pruebas regularmente, como el exámen de Papanicolaou, en función de las recomendaciones del especialista.

  • Practicar sexo seguro: El uso de condones puede reducir el riesgo de contraer el VPH y otras infecciones de transmisión sexual.

  • No fumar: El tabaquismo está relacionado con un mayor riesgo de CCU, y dejar de fumar puede disminuir significativamente este riesgo.

  • Mantén una vida sexual responsable: Limita el número de parejas sexuales y asegúrate de que tus parejas estén libres de infecciones de transmisión sexual.

  • Llevar un estilo de vida saludable: Una alimentación balanceada y el ejercicio regular pueden fortalecer tu sistema inmunológico y reducir el riesgo de cáncer.

¿Cuándo buscar ayuda?

Siempre que tengamos síntomas de alerta de que algo no va bien en nuestro cuerpo, es necesario pedir atención médica de inmediato, sobre todo si son preocupantes o existe una sospecha por mínima que sea. Entre los especialistas que tratan el cáncer de cuello uterino se encuentran varios, ya que involucra a distintas disciplinas médicas y quirúrgicas:

  • Ginecólogo: El primer punto de contacto para la mayoría de las mujeres será su ginecólogo, quien realizará exámenes de rutina y referirá a un especialista en caso de detectar algún problema.

  • Oncólogo ginecológico: Un oncólogo ginecológico es un médico especializado en el tratamiento de cánceres específicos de los órganos reproductivos femeninos, incluido el CCU.

  • Radioterapeuta: En algunos casos, se puede requerir radioterapia como parte del tratamiento del CCU, para lo que se recurre a un radioterapeuta, especialista en el uso de radiación para tratar el cáncer.

  • Cirujano oncólogo: En etapas avanzadas, la cirugía puede ser necesaria para extirpar el tumor. Un cirujano oncólogo es experto en realizar este tipo de procedimientos.

En resumen, el cáncer de cuello uterino es una preocupación que no solo afecta a mujeres mayores, sino también a menores de 30 años. Con la vacunación contra el VPH, exámenes regulares y prácticas sexuales seguras, se puede reducir significativamente su riesgo. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en la supervivencia y la calidad de vida de las mujeres afectadas por el CCU.