La incompetencia cervical es una condición que, en muchas ocasiones, puede poner en peligro el curso normal de un embarazo. Hoy, gracias a los avances médicos, que incluyen técnicas como el cerclaje cervical, muchas mujeres pueden llevar su gestación a término con una elevada tasa de éxito. De hecho, se estima que este procedimiento es exitoso en el 85 % - 90% de los casos, aunque depende de múltiples factores.
¿Qué es la incompetencia cervical?
También conocida como insuficiencia cervical, es una afección en la que el cuello uterino se debilita o se abre de forma prematura durante el embarazo, antes de que el feto alcance la madurez suficiente para sobrevivir fuera del útero. Esto puede dar lugar a un parto anticipado, e incluso a la pérdida del bebé si sucede en etapas demasiado tempranas. Se trata de una dolencia que, a menudo, se diagnostica después de que una mujer haya sufrido múltiples abortos espontáneos o partos prematuros en el pasado.
¿En qué consiste el cerclaje cervical?
Se trata de una intervención quirúrgica en la que se coloca una sutura o un lazo alrededor del cuello uterino para fortalecerlo y mantenerlo cerrado durante el embarazo. Habitualmente, este procedimiento se realiza en el segundo trimestre del embarazo, generalmente entre las semanas 12 y 16.
Existen dos tipos principales de cerclaje cervical:
- Cerclaje cervical de emergencia: Se realiza cuando una mujer embarazada experimenta signos de incompetencia cervical, como dilatación prematura del cuello uterino o pérdida de líquido amniótico. Este cerclaje se realiza de manera urgente para evitar un parto prematuro.
- Cerclaje cervical electivo: Se programa antes de que ocurran problemas, basándose en la historia clínica de la paciente o en procedimientos previos. Este cerclaje se realiza como medida preventiva para reducir el riesgo de incompetencia cervical.
No todas las mujeres con incompetencia cervical son candidatas para el cerclaje. Los criterios para la selección de pacientes varían según el ginecólogo y la situación individual de la persona, aunque normalmente se considera en los siguientes casos:
- Historia previa de parto prematuro o aborto espontáneo debido a incompetencia cervical.
- Examen cervical que muestra signos de incompetencia.
- Longitud cervical acortada en ecografía transvaginal.
- Antecedentes de cirugía cervical previa que pueda debilitar el cuello uterino.
¿Cómo se lleva a cabo un cerclaje?
El procedimiento se realiza en un hospital bajo anestesia general o epidural. El ginecólogo realiza una incisión en la vagina y coloca una sutura alrededor del cuello uterino para mantenerlo cerrado. La sutura se retira generalmente de forma ambulatoria y alrededor de la semana 37 de gestación para permitir un parto vaginal o, en caso necesario, para poder realizar una cesárea.
Como con cualquier procedimiento quirúrgico, existe una serie de riesgos asociados con el cerclaje cervical, como infección, sangrado o rotura de membranas. Aunque el cerclaje cervical no siempre garantiza un resultado exitoso, sí puede incrementar de forma significativa las posibilidades de llevar a término un embarazo en mujeres con incompetencia.
Impacto de los embarazos de alto riesgo en las mujeres
El embarazo de riesgo puede generar malestar psicológico en las mujeres debido a la preocupación y el estrés asociados a las posibles complicaciones para su salud y la del bebé. Un malestar que puede variar en intensidad y duración de una mujer a otra y, muchas de ellas, pueden experimentar una combinación de emociones durante un embarazo de riesgo.
Por ello, es importante que las mujeres que padecen un embarazo de riesgo hablen abierta y honestamente con su equipo médico sobre sus preocupaciones y emociones, quienes podrán valorar cada situación particular y, de este modo, proporcionar los recursos necesarios para ayudar a manejar el malestar psicológico, donde el apoyo emocional de familiares y amigos puede ser fundamental para afrontar este período.