El hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva, es una afección médica que afecta a la articulación del hombro. Aunque puede parecer un problema menor, el hombro congelado puede ser extremadamente doloroso y limitante en la vida diaria de quienes lo padecen.
Se trata de una condición relativamente común, aunque su prevalencia exacta puede variar según la población estudiada y los criterios utilizados para su diagnóstico. Se estima que afecta a, aproximadamente, el 2% al 5% de la población general en algún momento de sus vidas. Además, es más común en personas de entre 40 y 70 años, con una mayor incidencia en mujeres que en hombres.
Hombro congelado primario y secundario
Existen dos tipos principales de hombro congelado, el primario y el secundario. El hombro congelado primario ocurre sin una causa aparente, su origen suele ser desconocido y se cree que factores genéticos y predisposición pueden desempeñar un papel importante en su desarrollo. En cambio, el hombro congelado secundario suele ser el resultado de una lesión o enfermedad subyacente, y puede estar asociado con afecciones como la diabetes, enfermedades cardíacas, enfermedades tiroideas o incluso cirugía previa en el hombro.
Esta patología se caracteriza por una serie de síntomas que pueden ser debilitantes para quienes lo padecen y que, comúnmente incluyen:
- Dolor: Es uno de los síntomas más prominentes. Por lo general, comienza de manera gradual y empeora con el tiempo. Puede ser agudo o sordo y a menudo es peor por la noche.
- Rigidez: Los pacientes experimentan una disminución significativa en su capacidad para mover el hombro en todas las direcciones. Esto puede dificultar tareas cotidianas como peinarse o abrocharse la ropa.
- Pérdida de movimiento: A medida que la condición progresa, los pacientes pueden experimentar una pérdida significativa de la movilidad en el hombro afectado. Los movimientos, como elevar el brazo o girar el hombro, se vuelven cada vez más difíciles.
¿Cómo se trata?
En cuanto al tratamiento del hombro congelado, generalmente implica una combinación de terapia física, medicamentos y, en algunos casos, procedimientos médicos. Algunos de los especialistas que pueden ayudar en su tratamiento son:
- Médico de Atención Primaria: Es el primer punto de contacto para muchas personas con hombro congelado. El médico de atención primaria puede diagnosticar la afección, recetar medicamentos para el dolor y proporcionar recomendaciones para la terapia física.
- Fisioterapeuta: Los fisioterapeutas son profesionales altamente capacitados en el manejo de trastornos musculoesqueléticos como el hombro congelado. Utilizan ejercicios y técnicas de movilización para ayudar a restaurar la movilidad y reducir el dolor en el hombro.
- Reumatólogo: Los reumatólogos son médicos especializados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades autoinmunes y trastornos del tejido conectivo. Si se sospecha que una enfermedad subyacente está causando el hombro congelado, un reumatólogo puede ser consultado para evaluar y tratar la afección subyacente.
- Cirujano ortopédico: En casos graves o cuando otros tratamientos no han tenido éxito, un cirujano ortopédico puede considerar opciones quirúrgicas para tratar el hombro congelado. Esto puede incluir la liberación de la cápsula articular para mejorar la movilidad.
La prevalencia de esta condición es notable, especialmente en la población de mediana edad y en las mujeres. Reconocer los síntomas y buscar atención médica temprana es fundamental para un mejor resultado en el tratamiento del hombro congelado. Con la ayuda de los especialistas, como médicos de Atención Primaria, fisioterapeutas, reumatólogos y cirujanos ortopédicos, quienes padecen esta afección pueden mejorar su movilidad y aliviar el dolor, permitiéndoles volver a llevar una vida activa y saludable.