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La Enfermedad de Crohn es una afección crónica que afecta el sistema digestivo y puede tener un impacto muy significativo en la calidad de vida de quienes la padecen. Entender esta enfermedad es el primer paso para poder disfrutar de una vida más saludable y feliz, ya que gran parte de las personas con esta patología padece depresión o ansiedad en periodos de remisión, llegando incluso al 80% de ansiedad y al 60% de depresión durante los brotes de síntomas.

De acuerdo con la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España (ACCU), aproximadamente el 0,4% de la población española, alrededor de 300.000 personas, padece la enfermedad de Crohn, con un impacto cada vez mayor en nuestra sociedad y alrededor de 3.500 casos nuevos diagnosticados cada año.

Pero ¿qué es exactamente la Enfermedad de Crohn?

Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica del intestino que puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano, aunque lo más habitual es que se ubique en la parte inferior del intestino delgado y el colon. Entre los síntomas posibles, que pueden variar de una persona a otra, se encuentran:

  • Diarrea persistente: Puede ser acuosa, con sangre o con moco.
  • Dolor abdominal: Generalmente en la parte inferior derecha del abdomen.
  • Fatiga: Debido a la inflamación y la mala absorción de nutrientes.
  • Pérdida de peso no intencional: Debido a la falta de absorción de nutrientes.
  • Fiebre: A menudo, es un signo de inflamación activa.
  • Úlceras bucales: En la boca.
¿Cómo se diagnostica y trata a los pacientes con Enfermedad de Crohn?

Las endoscopias intestinales suelen ser el método más preciso para diagnosticar la enfermedad de Crohn y excluir otras posibles enfermedades, como la colitis ulcerosa, la enfermedad diverticular o el cáncer digestivo. Normalmente, esto involucra una variedad de pruebas que pueden incluir:

  • Colonoscopia: Un procedimiento en el que un médico observa el interior de tu intestino grueso con un tubo delgado y flexible.
  • Endoscopia: Para observar el intestino delgado.
  • Biopsia: Tomar muestras de tejido para confirmar el diagnóstico.
  • Estudios de imagen: Como la resonancia magnética o la tomografía computarizada.

Para tratar la enfermedad de Crohn, no existe un único tratamiento que sea adecuado para todos los casos. El tratamiento se adapta a las necesidades individuales de cada paciente y se dirige principalmente a reducir la inflamación intestinal, prevenir brotes de los síntomas y mantener la patología en remisión. Algunas de las opciones son:

  • Medicamentos antiinflamatorios: Para controlar la inflamación.
  • Inmunosupresores: Para reducir la respuesta inmunológica.
  • Terapia biológica: Para inhibir proteínas específicas involucradas en la inflamación.
  • Cambios en la dieta: Algunas personas encuentran alivio al evitar ciertos alimentos que desencadenan síntomas.
  • Cirugía: En casos graves, puede ser necesaria la extirpación de partes del intestino dañado.

Una vez diagnosticada, la Enfermedad de Crohn puede ser un desafío tanto para el paciente como para los sanitarios, ya que tiene un impacto emocional, social y físico considerable en las personas, por lo que es necesario un abordaje multidisciplinar. Con el tratamiento adecuado, el seguimiento y el apoyo de los profesionales médicos, así como del entorno más cercano, es posible llevar una vida plenamente normal, siempre y cuando se tenga controlada la enfermedad.

No obstante, mantener una comunicación abierta y continua con el médico e informarle de inmediato sobre cualquier cambio en los síntomas, seguir rigurosamente el plan de tratamiento establecido, comer de manera saludable bajo la guía de un dietista o nutricionista que elabore una dieta personalizada o practicar técnicas de relajación, como el yoga o la meditación, son hábitos que pueden ayudar a manejar mejor los síntomas, especialmente en periodos de brote fuerte.