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Ser madre es el deseo de muchas mujeres, pero no siempre es tarea fácil y, en ocasiones, se convierte en un camino complejo y lleno de retos. La edad, el estilo de vida, la nutrición y la salud general juegan un papel crucial en la capacidad reproductiva. Comprender cómo influye cada uno de estos factores y qué podemos hacer para favorecer la concepción puede marcar la diferencia a la hora de lograr un embarazo saludable.

"Idealmente, cuando una mujer se plantea una maternidad debería consultar con su ginecólogo de confianza para realizar una visita preconcepcional. Esta visita tiene como objetivo revisar que la salud de la mujer está bien, tanto a nivel médico como emocional y social. Conocer el estado general de salud preconcepcional y corregir alguna irregularidad es muy interesante de cara a afrontar un embarazo saludable, y un desarrollo del bebé correctos, con una mamá que sepa a qué se enfrenta y corrija algunas actitudes de riesgo, así como que inicie actividades preventivas", destaca la Dra. Elisa Gil, especialista en la Clínica de Reproducción Asistida IVI Zaragoza.

Además, "es fundamental que la mujer que desea ser madre haga una vida saludable, esté en buen estado de salud, con un peso adecuado, abundante actividad física y una alimentación mediterránea, alejada de tóxicos como el tabaco, el alcohol y otras costumbres no saludables. Además, es fundamental que inicie la toma preventiva de ácido fólico (400 microg/día), unos 2-3 meses previos a la búsqueda de gestación, con el objetivo de prevenir enfermedades graves en sus bebés". Otra de las indicaciones que hará el ginecólogo, según la Dra. Gil, "es instruir a la paciente en que la búsqueda de embarazo no debe prolongarse más de 6-12 meses (según la edad de la paciente y sus antecedentes personales y familiares) y, si se alargara más allá de este tiempo, animarla a consultar con un profesional de la esterilidad".

Según la Dra. Elena Labarta, ginecóloga especializada en Reproducción Humana y Cirugía Reproductiva del Instituto Valenciano de Infertilidad IVIRMA, son varias las dificultades que los especialistas se encuentran en una primera consulta de fertilidad:

  • Hallazgos inesperados: a menudo, las parejas descubren que tienen algún problema que dificulta o impide el embarazo, y no lo sabían previamente.
  • Baja reserva ovárica: este es un problema común, donde la paciente tiene menos óvulos de los que corresponderían a su edad, y muchas veces no es consciente de esta situación de urgencia.
  • Edad materna: la edad es un factor crucial, ya que a lo largo de la vida se van agotando los óvulos. Muchas mujeres inician la búsqueda de embarazo cuando ya quedan menos óvulos de los deseables.
  • Falta de información: a pesar de la abundante información en redes y en internet, muchas pacientes no son conscientes del efecto negativo de la edad materna en la fertilidad.

"Es fundamental explicar bien estos aspectos para que las parejas puedan tomar decisiones informadas. La evaluación detallada y precisa de su situación la pueden encontrar en centros especializados en fertilidad", matiza la Dra. Labarta.

Cuando el embarazo espontáneo no llega, o las mujeres necesitan una técnica de reproducción asistida para conseguirlo (como en el caso de mujeres sin pareja o con pareja homosexual), deben acudir a un equipo profesional especializado en medicina reproductiva. Las técnicas más comunes e innovadoras son:

  1. Inseminación artificial: consiste en introducir los espermatozoides directamente en el útero de la mujer para facilitar la fecundación. Se recomienda en mujeres jóvenes o en casos de subfertilidad.
  2. Fecundación in vitro (FIV) con óvulos propios: consiste en introducir el embrión en el útero. Se indica en casos de factor masculino o en mujeres de edad más avanzada. Opcionalmente, permite el análisis cromosómico de los embriones para evitar embarazos con embriones no viables, y la congelación de embriones sobrantes para futuros intentos, algo muy importante en mujeres mayores de 35 años.
  3. FIV con óvulos donados: indicada para aquellas mujeres que ya no tienen óvulos o cuyos óvulos son de calidad subóptima, esta opción permite lograr el embarazo en casos más difíciles.
  4. Congelación de óvulos: técnica recomendada para mujeres que desean preservar su fertilidad. Permite congelar óvulos de mejor calidad para ser utilizados en el futuro, dando libertad a la mujer para decidir cuándo y cómo quiere ser madre.

La Dra. Labarta enfatiza que la decisión de ser madre debe ser siempre tomada por la paciente, o por la pareja (cuando es el caso), pero tras haber recibido una información correcta y detallada sobre su situación.

Todas estas mejoras y la evolución del laboratorio, junto a un cambio social en los que los modelos familiares han evolucionado, y la mujer accede cada vez más tarde a la maternidad, han puesto la medicina reproductiva en primera línea y forma parte necesaria de la realidad social, puesto que, de acuerdo a los últimos datos publicados por Registro nacional de actividad-Registro SEF (octubre 2024), que recoge los datos de los ciclos realizados en nuestro país durante el año 2022, el 12% de los niños que nacieron en España en 2022, proceden de un ciclo de reproducción asistida.

La Dr. Gil destaca que esta realidad, en un país en el que las tasas de natalidad son cada vez más bajas y en las que hemos alcanzado un desequilibrio entre los nacimientos y las muertes, pone de relieve la importancia de la medicina reproductiva.