Cuidar la piel es un hecho que debemos cumplir durante todo el año, pero en verano debemos prestarle especial atención, ya que estamos mucho más expuestos al sol.
Durante el verano, la exposición solar aumenta de forma considerable, lo que puede traducirse en fotoenvejecimiento, aparición de manchas, quemaduras y un mayor riesgo de cáncer de piel. Por todo ello, se recomienda:
- Usar protector solar a diario, incluso si está nublado. Lo ideal es un fotoprotector de amplio espectro (UVA y UVB), con SPF 30 o superior.
- Hay que volver a aplicarlo cada dos o tres horas, sobre todo si sudamos o nos bañamos.
- Evitar la exposición directa entre las horas centrales del día, cuando la radiación es más intensa.
- Complementar con barreras físicas: gafas de sol, sombreros de ala ancha y ropa con protección UV.
- Mantener la piel bien hidratada y beber suficiente agua para compensar la pérdida de líquidos.
¿Existe una forma "saludable" de broncearse?
En palabras del Dr. Juan Luis Sanz, dermatólogo del Hospital Quirónsalud Córdoba, "no existe una forma saludable de broncearse, y este es un mensaje importante. El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel frente al daño que causa la radiación ultravioleta. No es signo de salud, sino de daño celular. Aunque nos guste el aspecto bronceado, debemos entender que cualquier coloración que no sea nuestro tono natural implica un riesgo". El Doctor destaca que "la alternativa segura son los autobronceadores, que pigmentan la capa superficial de la piel sin necesidad de radiación solar. Eso sí, hay que seguir usándolos con protector solar, porque no bloquean los rayos UV".
¿Qué hacer en caso de sufrir una quemadura solar?
Durante el verano se suelen sufrir quemaduras de diversa consideración debidas a la exposición inadecuada al sol. El Dr. Sanz nos da una serie de consejos en caso de sufrirlas. "En primer lugar, evitar el sol de forma inmediata. Se pueden aplicar compresas frías y cremas hidratantes en la zona quemada. También, en caso de que haya dolor o inflamación se pueden tomar analgésicos o antinflamatorios como el paracetamol o ibuprofeno. Hay que evitar rascarse en la zona, retirar la piel descamada, o romper las ampollas si aparecen".
Si hay fiebre, escalofríos, ampollas grandes o dolor intenso, es necesario acudir al médico. Y, por supuesto, tras una quemadura solar, hay que extremar las precauciones: la piel queda más sensible y vulnerable a futuros daños.