La fertilidad es un tema complejo, influenciado por una variedad de factores. La edad, el estilo de vida, la nutrición y la salud general juegan roles cruciales en nuestra capacidad reproductiva. Comprender cómo influye cada uno de ellos y qué podemos hacer para favorecer la concepción puede marcar la diferencia en la posibilidad de éxito para un embarazo saludable.
La fertilidad es la capacidad de una persona para concebir hijos. Sin embargo, no es estática, no es igual para todos, y puede verse influenciada por numerosos factores. De hecho, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), una de cada seis parejas tiene problemas de concepción que abarcan una gran variedad de causas y afectan a la fertilidad. Algunas de ellas son solucionables con un simple cambio en el estilo de vida, pero otras necesitan intervención médica profesional.
Los factores más importantes a la hora de conseguir un embarazo tienen que ver con la salud de nuestros órganos reproductivos. Problemas como el síndrome de ovario poliquístico, una obstrucción en las trompas, la endometriosis o una baja calidad de los espermatozoides, entre otros, son determinantes.
También existen enfermedades crónicas que complican la posibilidad de ser madres como, por ejemplo: la diabetes, que mal controlada afecta a la ovulación y niveles hormonales; la hipertensión donde la presión arterial influye en el flujo sanguíneo a los órganos reproductivos y dificulta la concepción; o las enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide.
Sin olvidarnos de la salud mental que también juega un papel importante en la fertilidad.
Pero, si ya hemos descartado todo lo que tiene que ver con nuestra salud general, ¿por qué no se produce el embarazo? Lamentablemente a veces no llega a conocerse nunca la causa (en torno a un 20% de los casos), pero sí que existen otros factores a los que se puede hacer frente.
Tic Tac, el reloj importa
La edad es uno de los factores más determinantes de la fertilidad, especialmente en mujeres. A medida que las mujeres envejecen, la cantidad y la calidad de sus óvulos disminuye. Este fenómeno se debe a que las mujeres nacen con un número finito de óvulos, y disminuye con el tiempo. La fertilidad femenina alcanza su punto máximo en los años 20 y comienza a declinar a partir de los 30 años, con una caída más pronunciada después de los 35.
La probabilidad de concebir por ciclo menstrual para una mujer sana en sus 20 años es aproximadamente del 25%. Sin embargo, esa probabilidad disminuye al 10% a los 35 años y cae por debajo del 5% a los 40 años. Además, del riesgo de aborto espontáneo y anomalías cromosómicas, que también aumenta con la edad materna.
"Si tenemos los niños cada vez más tarde y los ovocitos son peores, va a ser mucho más difícil tener hijos, va a haber muchos más problemas, más tratamientos que a veces se podrían evitar o incluso recurrir a técnicas como donación de óvulos que uno puede evitarse si congela sus óvulos", detalla el Doctor Juancho García Velasco, director científico de IVI.
En estos casos, haber vitrificado óvulos a una edad temprana -antes de los 35- constituye la clave de poder ser madre.
Replantea tu estilo de vida y cuida tu dieta
El estilo de vida puede tener un impacto significativo en la fertilidad. Factores como el tabaquismo, el consumo de alcohol y el uso de drogas afeca negativamente la capacidad reproductiva tanto en hombres como en mujeres.
Cada vez más, los expertos señalan el estrés como otro factor del estilo de vida que influye de manera determinante en la fertilidad.
Sin olvidar que la nutrición desempeña un papel crucial en la fertilidad. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede mejorar las posibilidades de concepción. Incluyendo alimentos antioxidantes como frutas, verduras y frutos secos que nos ayudan a proteger los óvulos y espermatozoides del daño oxidativo. Sin olvidar el ácido fólico o el hierro, ya que su carencia afecta muy negativamente a la ovulación.
Una dieta sana y equilibrada hará además que controles tu peso, otro factor importante para concebir. Tanto el sobrepeso como el bajo peso afectan a nuestro equilibrio hormonal.
Si a pesar de todo ello el embarazo no llega, existen opciones. Ponte en manos de especialistas en fertilidad. Serán tus mejores aliados.