El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, es una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo. La detección temprana y una rápida intervención médica pueden marcar la diferencia entre vivir o morir, o entre una recuperación total o un daño cerebral irreversible. Por eso, es crucial que todos sepamos cómo detectar los síntomas de un ictus y qué hacer en caso de presenciar uno.
Un ictus ocurre cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, privando al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes. Esto puede deberse a un bloqueo en una arteria (ictus isquémico) o a la rotura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico). En ambos casos, cuanto más tiempo pase sin tratamiento, mayor es el daño que sufre el cerebro.
Cómo identificar los síntomas de un ictus con la regla FAST
Reconocer los síntomas de un ictus es el primer paso crucial para salvar una vida. Para facilitar la identificación, existe una regla fácil de recordar llamada FAST (en inglés), que se centra en cuatro síntomas clave:
- Face (cara): observa si la persona presenta una caída o asimetría en un lado de la cara. Pide que sonría y mira si uno de los lados no responde.
- Arms (brazos): pide a la persona que levante ambos brazos. Si no puede levantar uno de ellos o se le cae, podría estar sufriendo un ictus.
- Speech (habla): fíjate si tiene dificultad para hablar o si su habla es confusa o extraña. Pregunta algo sencillo como su nombre o una frase simple.
- Time (tiempo): si observas cualquiera de estos síntomas, actúa de inmediato. El tiempo es esencial. Llama a emergencias inmediatamente.
Otros síntomas comunes de un ictus
Además de los signos identificados por la regla FAST, hay otros síntomas que pueden indicar un ictus y que no debemos ignorar:
- Pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos.
- Dificultad para caminar, falta de coordinación o pérdida de equilibrio.
- Dolor de cabeza intenso y repentino, sin causa aparente.
- Sensación de confusión o problemas para comprender lo que se dice.
Si una persona experimenta alguno de estos síntomas, es vital que se busque atención médica de inmediato, incluso si los síntomas parecen mejorar o desaparecer. Esto puede ser una señal de un "mini-ictus" o accidente isquémico transitorio (AIT), que también requiere intervención médica.
¿Cómo actuar ante un ictus?
Una vez que detectas los síntomas de un ictus, el tiempo es esencial. Estos son los pasos que debes seguir:
- Llama a emergencias inmediatamente e informa de que sospechas que la persona está sufriendo un ictus.
- Mantén la calma. Intenta tranquilizar a la persona afectada y asegúrate de que esté en una posición cómoda, preferiblemente acostada y con la cabeza ligeramente elevada.
- No le des alimentos ni bebidas. Si el ictus ha afectado su capacidad para tragar, esto podría provocar asfixia.
- Observa y anota los síntomas. Intenta recordar cuándo comenzaron los síntomas. Esta información es crucial para el equipo médico, ya que ciertos tratamientos son más efectivos si se administran en las primeras horas.
La rapidez a la hora de actuar es fundamental
En un ictus, cada segundo cuenta. Cuando el cerebro no recibe el oxígeno necesario, las células cerebrales comienzan a morir en minutos. Los tratamientos para el ictus, como los trombolíticos (para disolver los coágulos en un ictus isquémico) o los procedimientos quirúrgicos, son mucho más efectivos cuando se administran rápidamente.
El tiempo ideal para recibir tratamiento es en las primeras tres a cuatro horas desde el inicio de los síntomas. Pasado ese tiempo, las probabilidades de sufrir daño cerebral permanente o incluso la muerte aumentan significativamente.
La prevención es clave
Aunque saber cómo actuar ante un ictus es vital, la prevención es igualmente importante. Algunos factores de riesgo para el ictus, como la edad o los antecedentes familiares, no se pueden modificar, pero hay muchos hábitos saludables que pueden reducir el riesgo, como controlar la presión arterial, mantener niveles saludables de colesterol, no fumar, realizar actividad física regularmente, mantener una dieta equilibrada y reducir el consumo de alcohol.