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La guardería es un espacio donde los niños desarrollan habilidades sociales, aprenden a compartir y experimentan su primer contacto con la educación. Sin embargo, también es un lugar donde los pequeños están expuestos a diversas enfermedades debido a la cercanía con otros niños.

¿Cuáles son las 10 más comunes?

Las patologías más habituales en niños desde los 6 meses hasta los 3 años que van a la guardería son:

  • Resfriado común: Causado por diversos virus, es tal vez la enfermedad más frecuente. Sus síntomas incluyen congestión nasal, tos, estornudos y a veces fiebre. Aunque generalmente es leve, es altamente contagioso.
  • Gastroenteritis: Afecta el estómago y los intestinos, provocando vómitos, diarrea y dolor abdominal. Los rotavirus y norovirus son causantes comunes, y la transmisión suele ser a través de alimentos o superficies contaminadas.
  • Conjuntivitis: La inflamación de la conjuntiva produce enrojecimiento ocular, secreción y picazón. Puede ser viral, bacteriana o alérgica. La versión contagiosa se propaga fácilmente en ambientes cerrados como las guarderías.
  • Varicela: Aunque muchas veces se previene con vacunación, sigue siendo una enfermedad común. Se manifiesta con fiebre y erupción cutánea que se convierte en ampollas y es altamente contagiosa.
  • Quinta enfermedad: Causada por el parvovirus B19, se caracteriza por un enrojecimiento en las mejillas y una erupción en brazos, piernas y tronco. Puede ir acompañada de fiebre y dolores articulares.
  • Mano-pie-boca: Esta enfermedad viral produce úlceras dolorosas en boca y sarpullidos en manos y pies. Es común en menores de 5 años y se transmite a través de fluidos corporales o superficies contaminadas.
  • Tos ferina: A pesar de la existencia de una vacuna, esta enfermedad sigue afectando a niños. Causada por la bacteria Bordetella pertussis, provoca episodios intensos de tos que pueden complicarse en los más pequeños.
  • Laringotraqueítis o crup: Se reconoce por una tos “perruna” y dificultad para respirar. Es provocada por varios virus y suele aparecer en niños menores de 5 años, especialmente durante la noche.
  • Infecciones de oído: Las otitis medias son comunes en la infancia, produciendo dolor y a veces fiebre. Son resultado de infecciones virales o bacterianas y, en ocasiones, están relacionadas con resfriados.
  • Impétigo: Esta infección cutánea es causada por bacterias y se presenta en forma de pústulas o costras doradas. Es contagiosa y se propaga con facilidad cuando los niños están en contacto cercano.
¿Se pueden prevenir?

Aunque no al 100 %, sí que es posible reducir significativamente el riesgo de enfermedades en las guarderías mediante una serie de medidas preventivas, como pueden ser:

  • Higiene personal:
    • Lavado de manos: Es una de las formas más efectivas de prevenir la propagación de enfermedades. Se debe enseñar a los niños a lavarse las manos correctamente y con frecuencia, especialmente después de usar el baño, antes de comer y después de sonarse la nariz.
    • Usar desinfectantes para manos cuando el lavado con agua y jabón no esté disponible.
  • Vacunación:
    • Mantener al día el calendario de vacunación de todos los niños y el personal.
    • Alentar a los padres a vacunarse contra la gripe anualmente.
  • Limpieza y desinfección:
    • Limpiar y desinfectar regularmente superficies y objetos que los niños tocan con frecuencia, como juguetes, mesas, sillas, manijas de puertas y cambiadores.
    • Ventilar adecuadamente las aulas y otros espacios comunes.
  • Alimentación y agua segura:
    • Asegurarse de que el agua potable esté libre de contaminantes.
    • Garantizar que los alimentos se preparen, manejen y almacenen de manera higiénica.
  • Política de enfermedades:
    • Tener una política clara que establezca cuándo un niño no debe asistir a la guardería debido a enfermedad. Esto incluye fiebre, vómitos, diarrea, entre otros síntomas.
    • Asegurarse de que los niños enfermos se queden en casa hasta que estén completamente recuperados o ya no sean contagiosos.
  • Educación y conciencia:
    • Educar tanto al personal como a los padres sobre las medidas preventivas.
    • Realizar charlas o talleres sobre salud y prevención para los padres y cuidadores.
  • Vigilancia de la salud:
    • Realizar chequeos periódicos de salud a los niños.
    • Tener un botiquín de primeros auxilios bien equipado y personal capacitado para atender situaciones de emergencia.
  • Ventilación adecuada:
    • Mantener espacios bien ventilados para reducir la concentración de patógenos en el aire.
  • Distanciamiento:
    • En tiempos de brotes de enfermedades específicas, considerar la posibilidad de reducir la cantidad de niños por sala o aumentar el espacio entre ellos.
  • Uso de pañuelos desechables:
    • Enseñar a los niños a usar pañuelos desechables al estornudar o toser y a desecharlos inmediatamente.

Estas medidas, aunque no cien por cien eficaces, cuando se aplican de forma consistente pueden ayudar significativamente a prevenir y controlar la propagación de enfermedades en las guarderías.

En futuros artículos, abordaremos cuándo llevar (o no) a los niños a la guardería ante la presencia de determinados síntomas que han de ponernos (o no) en situación de alerta.