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La tuberculosis es una enfermedad infecciosa históricamente significativa que continúa siendo un problema de salud pública no solo en España, sino a nivel mundial. De hecho, los casos de tuberculosis registrados en el mundo batieron un récord, ya que la enfermedad acabó con 1,3 millones de vidas en 2022 a pesar de que es prevenible y existe tratamiento. Una cifra que se traduce en que, aunque sea menos prevalente en comparación con décadas anteriores, su presencia requiere de una vigilancia y un enfoque médico constante.

Causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, afecta, principalmente, a los pulmones, pero puede propagarse a otras partes del cuerpo. Entre los síntomas de la tuberculosis pulmonar se pueden dar:

  • Tos persistente que dura tres semanas o más.
  • Expectoración de flema, que en ocasiones puede contener sangre.
  • Fatiga y debilidad.
  • Pérdida de peso y falta de apetito.
  • Fiebre y sudores nocturnos.

Se den unos u otros síntomas, es crucial reconocer que no todas las personas infectadas con tuberculosis desarrollan la enfermedad activa; sino que, en muchos casos, permanece latente.

¿Cómo se diagnostica la tuberculosis?

El diagnóstico de la tuberculosis es un proceso que suele incluir varios pasos, como pueden ser:

  • Revisión del historial médico y realización de un examen físico
  • Pruebas cutáneas o de sangre para detectar infección
  • Radiografías de tórax para identificar anormalidades pulmonares
  • Pruebas de esputo para buscar la presencia de la bacteria

Los neumólogos son los especialistas que, generalmente, manejan la tuberculosis, aunque en su diagnóstico y tratamiento pueden intervenir también otros perfiles sanitarios, como los infectólogos o los médicos de Atención Primaria.

Incidencia de la tuberculosis en España

En nuestro país, los casos de tuberculosis han disminuido notablemente en las últimas décadas gracias a los programas de salud pública, las mejoras en las condiciones de vida y, sin duda, por los importantes avances en su tratamiento médico. Sin embargo, aún se registran casos de esta patología, particularmente en poblaciones vulnerables como pueden ser las personas con VIH/SIDA, pacientes inmunodeprimidos y, también, en ciertas áreas geográficas.

tuberculosis y salud pública en el siglo XXI

Aunque puede diferir de un paciente a otro, el tratamiento estándar de la tuberculosis incluye una combinación de antibióticos tomados durante un período de, al menos, seis meses. La adherencia al tratamiento es crucial para evitar el desarrollo de cepas resistentes de esta enfermedad.

La prevención y el control de la tuberculosis en España involucra varios elementos, como la implementación de estrategias de detección precoz y el tratamiento de casos activos; el seguimiento de contactos para prevenir la propagación; la vacunación con BCG en poblaciones seleccionadas; o la puesta en marcha de políticas de educación pública sobre síntomas y prevención.

Como conclusión, la tuberculosis en España, aunque menos prevalente que en el pasado, sigue siendo un desafío de salud pública, por lo que su detección temprana, tratamiento adecuado y adopción de medidas preventivas son esenciales para controlar esta enfermedad. Para ello, la colaboración entre los sistemas de salud, los especialistas y la sociedad es fundamental para mantener bajo control la incidencia de la tuberculosis en cualquier país.